El lifting facial es uno de los procedimientos más solicitados en medicina estética para rejuvenecer el rostro y recuperar la firmeza perdida con el paso del tiempo. También conocido como lifting quirúrgico o cirugía de estiramiento facial, su objetivo es estirar la piel, tensar los músculos y reposicionar estructuras faciales, logrando un resultado natural, fresco y duradero.
Con los años, el rostro experimenta flacidez, arrugas profundas, pérdida de volumen en pómulos y desdibujado del contorno mandibular. El tratamiento de lifting facial busca corregir todos estos signos, devolviendo juventud sin alterar la identidad facial del paciente.
Índice
El lifting facial es una cirugía estética diseñada para mejorar los signos visibles del envejecimiento. No se trata de cambiar el rostro, sino de restaurar la armonía natural. Gracias a los avances médicos, hoy se logra un resultado mucho más sutil y natural, alejándose de la idea de un rostro “estirado” o artificial.
Se recomienda principalmente a pacientes entre los 40 y 70 años, aunque puede realizarse antes o después dependiendo del grado de flacidez.
La cirugía lifting facial consiste en realizar incisiones discretas alrededor de la línea del cabello y orejas para tensar la musculatura facial, eliminar el exceso de piel y redistribuir los tejidos.
Existen varias técnicas:
Cada tipo de lifting se adapta al grado de envejecimiento y a los objetivos del paciente, lo que refuerza la importancia de una evaluación médica personalizada.
El facial lifting puede aplicarse en distintas áreas del rostro, logrando un rejuvenecimiento integral:
La recuperación es progresiva y depende del tipo de cirugía lifting facial realizada.
El seguimiento médico postoperatorio es clave para garantizar resultados seguros y satisfactorios.
El lifting quirúrgico está recomendado para personas que presentan flacidez marcada en el rostro o cuello, arrugas profundas y pérdida de definición facial. No es la primera opción en pacientes jóvenes, quienes pueden beneficiarse más de tratamientos no invasivos como hilos tensores, toxina botulínica o bioestimuladores.
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