La otoplastia, también conocida como cirugía estética de orejas, es un procedimiento cada vez más solicitado por quienes desean corregir orejas grandes, prominentes o asimétricas. Tener orejas abiertas o sobresalientes puede generar inseguridad desde la infancia hasta la adultez, afectando la autoestima y la confianza personal.
Gracias a la cirugía de otoplastia, es posible mejorar la forma y posición de las orejas de manera segura, rápida y definitiva, logrando un rostro más armónico y equilibrado.
Índice
La otoplastia es una cirugía estética de orejas diseñada para corregir su forma, tamaño o posición, logrando una apariencia más armónica y equilibrada. También conocida como operación estética de orejas, es el procedimiento recomendado para quienes tienen orejas grandes, prominentes o con alguna asimetría.
Una condición común es la prominauris, es decir, orejas prominentes que sobresalen demasiado de la cabeza. Esta alteración del crecimiento del pabellón auricular afecta aproximadamente al 5% de la población mundial. La cirugía de otoplastia puede realizarse de forma segura desde los 4 años de edad.

La otoplastia puede considerarse en los siguientes casos:
Por lo general, la intervención se realiza en ambas orejas para mantener la simetría facial, lo que mejora el equilibrio estético del rostro. Es importante destacar que la otoplastia no afecta la audición, ya que solo modifica la forma externa de la oreja.

La cirugía de otoplastia es un procedimiento ambulatorio que suele durar entre 40 minutos y 1 hora, dependiendo de la anatomía del paciente.

Antes de la cirugía, el especialista analiza la forma, tamaño y posición de las orejas, además de explicar el procedimiento y definir el tipo de anestesia según la edad y condición del paciente.
El cirujano realiza una pequeña incisión detrás de la oreja, siguiendo el pliegue natural donde se une con la cabeza. Esto permite acceder al cartílago sin dejar cicatrices visibles.
Una vez expuesto, el cartílago puede ser:

Después de darle la nueva forma, el cirujano sutura el cartílago y la piel, asegurando que la oreja mantenga su nueva posición.
Al finalizar, se coloca un vendaje alrededor de la cabeza, que ayuda a mantener la forma, controlar la inflamación y proteger la zona durante los primeros días de recuperación.
El cambio después de una cirugía de otoplastia es visible de manera inmediata: las orejas se ven más pegadas y proporcionadas al resto del rostro. La recuperación es rápida, y los pacientes pueden retomar actividades en pocos días, con los cuidados indicados por el especialista.

Una de las grandes ventajas de este procedimiento es que la otoplastia es permanente. Una vez corregida la forma y posición de las orejas, el resultado dura toda la vida, ofreciendo una solución definitiva para quienes buscan mejorar su estética facial.
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